Las lágrimas del
sol,
las llamaradas del
océano,
ese niño perdido
riéndose en la esquina,
mi corazón dejando
de latir,
un sinfín de
paranoias que se comienzan a escribir,
como si de una
guerra sin argumento se tratase,
me puse a luchar
contra las lágrimas de mis ojos,
los latidos de mi
corazón,
mi botella
rebosante de amor,
en la línea
vertical de mi mundo tu me esperas,
yo sigo
escribiendo esta poesía,
con frases sin
sentido
y rimas
desordenadas,
con la única y
gran finalidad,
de que un poco de
tu atención me sirva…
para entrar por
una ventana de tu corazón,
conquistarte,
no saliendo jamás
de ese lugar tan acogedor,
tu corazón.
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